Para combatir efectivamente la inflación es imprescindible conocer sus causas o determinantes, tanto de corto como de largo plazo, así como las implicaciones de éstos en la estabilidad de precios.
Como vimos en la entrega pasada de esta serie, la inflación afecta negativamente el desarrollo económico, ya que altera el adecuado funcionamiento de los mercados, lo que a su vez interfiere en la asignación eficiente de los recursos. Para combatir efectivamente este fenómeno es imprescindible conocer sus causas o determinantes, tanto de corto como de largo plazo, así como las implicaciones de éstos en la estabilidad de precios.
Entre los determinantes de largo plazo de la inflación, se encuentran:
Exceso de dinero. El banco central está a cargo de la cantidad de dinero que circula en la economía, es decir, la oferta de dinero. Cuando la autoridad monetaria crea más dinero de lo que el público demanda (exceso de oferta de dinero) provoca un aumento en el nivel de precios (y por lo tanto inflación), puesto que una mayor cantidad de dinero incrementa la demanda de bienes y servicios cuya oferta no se ha incrementado. Un ejemplo de lo anterior ocurrió en Alemania en los años 1922 y 1923, cuando tras terminar la primera guerra mundial en 1918, Alemania se vio obligada a pagar fuertes indemnizaciones a las naciones ganadoras lo que provocó que la República de Weimar se financiara imprimiendo dinero sin ningún respaldo causando un exceso de dinero y por lo tanto un aumento en la inflación.
Déficit fiscal. Un déficit fiscal es una situación en la que los gastos de un gobierno son mayores que sus ingresos. Este déficit podría ser financiado con un préstamo del banco central. Para ello, el banco central tendría que aumentar la base monetaria, entendiendo por esta última la suma de los billetes, las monedas y el saldo de la cuenta única de los bancos. Esto provocaría un aumento en el nivel de precios. Lo ocurrido en Alemania –ejemplo del inciso anterior– se debió también a un déficit fiscal, ya que al no tener el gobierno alemán los ingresos fiscales necesarios para solventar sus deudas tuvo que recurrir al banco central para solventarlas, incrementado su base monetaria y por lo tanto la inflación.
Políticas inconsistentes. Aun cuando las políticas para mantener el nivel de precios sean aparentemente correctas, existe la posibilidad de que algunas de ellas generen cierta inercia sobre la inflación. En efecto, la indexación de algún determinante de la inflación a la inflación pasada podría generar que ésta se perpetuara. Por ejemplo, indexar los salarios a la inflación del año anterior –considerando que dicha inflación fuese alta–, generaría que los salarios también fueran altos, ya que se encuentran indexados a la inflación pasada y al ser éstos un determinante de la inflación, ésta también se incrementaría. Este proceso se conoce como espiral inflacionaria.
Determinantes de corto plazo de la inflación:
Contracción de la oferta agregada. La oferta agregada es el volumen total de los bienes y servicios producidos en una economía. Cuando hay un decremento en la oferta agregada debido quizá a un desastre natural que mermó las cosechas de ciertos productos o tal vez debido al aumento de los costos asociados a los procesos productivos (por ejemplo, un aumento en el precio del petróleo) las empresas aumentan sus precios para mantener sus márgenes de ganancia. De esta forma si una empresa de autopartes ve incrementados sus costos productivos debido a un aumento en el precio del petróleo, ésta podría reducir su oferta y trasladar los mayores costos al consumidor. Si además lo anterior sucede en muchas otras empresas que abarcan una amplia gama de bienes y servicios, esto ocasionaría un aumento generalizado en los precios, es decir, inflación.
Incremento de la demanda agregada. La demanda agregada es el volumen de bienes y servicios requeridos en una economía. Un incremento en la demanda agregada mayor a los bienes y servicios que la economía puede producir causa un incremento en los precios, ya que hay mucho dinero persiguiendo a pocos bienes. Lo que sucede en este caso es que muchos consumidores compran más bienes y servicios que antes; al notar este fenómeno las empresas incrementan los precios de sus productos, lo que causa inflación.
Tasa de interés. Una herramienta importante que tiene el banco central para controlar el crecimiento de dinero y por lo tanto a la inflación, es la tasa de interés. El mecanismo funciona de la siguiente forma: una mayor tasa de interés reduce la demanda agregada desincentivando la inversión y el consumo, aumentando el ahorro de las personas; de esta manera se limita la cantidad de dinero disponible en la economía, por lo que el nivel de precios disminuye. Lo contrario sucede cuando disminuye la tasa de interés; en ese caso las personas se ven incentivadas a invertir y consumir, ya que tener el dinero en los bancos no es la mejor opción, por lo que la cantidad de dinero disponible en la economía se ve incrementada, lo que hace que el nivel de precios aumente.
Política de inflación creíble. Considerando una economía en la cual los precios y los salarios se establecen con base en las expectativas de inflación (la percepción de lo que los agentes creen que va a pasar en el futuro con la inflación), una política creíble del banco central debe tener como prioridad el control de la inflación y ayudar a anclar las expectativas que el público tiene sobre la misma.
La distinción entre los determinantes de largo y corto plazo depende del horizonte de tiempo que éstos tardan en impactar la inflación. De esta manera, los determinantes de corto plazo tienen un impacto sobre la inflación en periodos menores a un año, en tanto que los de largo plazo demoran más tiempo.
Continuará.
Enviado por Leobardo Ibarra en mayo 23, 2023
Enviado por Paulina Toriz en junio 29, 2023
Enviado por Shadai Islas en octubre 31, 2023