El procedimiento que el Banco de México aplica para determinar sus decisiones en el combate a la inflación es una valiosa referencia sobre cómo un órgano del Estado puede comprometerse con el cumplimiento de su mandato constitucional y establecer una sana relación con la sociedad.
¿Es usted de quienes gustan de las instituciones, organizaciones o, incluso, personas que se conducen de manera clara, transparente y con razonable grado de predictibilidad? Es decir, ¿le gusta ver comportamientos y acciones a partir de las cuáles fincar válidamente un significativo grado de confianza? De ser así, la manera en que se conduce la política monetaria en México puede causarle buena impresión ya que cumple con todas las características mencionadas. Además, podría ofrecerle una valiosa referencia sobre cómo un organismo autónomo del Estado mexicano puede comprometerse con el cumplimiento de su mandato constitucional y establecer una sana relación con la sociedad.
Comencemos por decir, de manera muy simple, que la política monetaria se refiere a las decisiones y acciones que adopta la autoridad monetaria para influir en el costo del financiamiento y en la liquidez disponible en una economía a fin de procurar la estabilidad de precios.
El Banco de México, que es la autoridad monetaria autónoma en el país, adoptó en el año 2001 un régimen de política monetaria denominado Esquema de Objetivos de Inflación. Conforme a dicho esquema, ha procurado la estabilidad de precios como su objetivo prioritario y se ha propuesto, desde el año 2003, lograr un objetivo explícito puntual de inflación de 3 por ciento anual sobre el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). En complemento, el Banco de México ha acompañado sus decisiones de política monetaria con un alto nivel de transparencia y comunicación con el público, lo que ha contribuido a fortalecer la efectividad de su política monetaria, los mecanismos de rendición de cuentas y a “anclar” las expectativas de inflación en torno al objetivo puntual del 3 por ciento.
Considerando que, por definición, el futuro es incierto y que existe una amplia gama de factores fuera del control de la autoridad monetaria que en el corto plazo pueden incidir sobre el comportamiento de la inflación, el Banco de México estableció un intervalo de variabilidad de más/menos un punto porcentual alrededor del objetivo puntual de 3 por ciento de inflación antes referido.
En este contexto, la publicación periódica de pronósticos de inflación por parte del Banco de México facilita la evaluación de su desempeño, lo cual se ha visto reforzado con el aumento en la frecuencia con que tales publicaciones tienen lugar. En específico, desde el tercer trimestre de 2011 el banco central ha dado a conocer sus pronósticos de inflación dentro de sus Informes Trimestrales; y a partir del Informe del segundo trimestre de 2017 incluye en tales documentos su proyección central y diversas posibles trayectorias futuras para la inflación a través de "gráficas de abanico". Asimismo, desde el cuarto trimestre de 2017, el Banco de México empezó a publicar un cuadro con sus pronósticos para la inflación futura durante los siguientes ocho trimestres, lo que ostensiblemente implica que reforzó su esquema de política monetaria para basarlo en pronósticos (IFT, Inflation Forecast Targeting por sus siglas en inglés). Más aun, a partir del 12 de agosto de 2021, se incorpora la actualización de estas proyecciones dentro de los comunicados mediante los cuales de difunden los Anuncios de Política Monetaria.
2021 |
2022 |
2023 |
|||||||||||
I |
II |
III |
IV |
I |
II |
III |
IV |
I |
II |
III |
IV |
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INPC | |||||||||||||
Actual (16 de diciembre de 2021) | 4.0 |
6.0 |
5.8 |
7.1 |
6.7 |
5.1 |
4.3 |
3.5 |
3.3 |
3.2 |
3.1 |
3.0 |
|
Anterior (11 de noviembre de 2021) | 4.0 |
6.0 |
5.8 |
6.8 |
6.3 |
4.8 |
3.9 |
3.3 |
3.2 |
3.2 |
3.1 |
||
Subyacente | |||||||||||||
Actual (16 de diciembre de 2021) | 3.9 |
4.4 |
4.8 |
5.6 |
6.2 |
5.8 |
4.9 |
4.1 |
3.3 |
2.9 |
2.8 |
2.7 |
|
Anterior (11 de noviembre de 2021) | 3.9 |
4.4 |
4.8 |
5.5 |
5.8 |
5.3 |
4.3 |
3.5 |
3.0 |
2.7 |
2.6 |
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Memorándum | |||||||||||||
Variación trimestral desestacionalizada anualizada en por ciento | |||||||||||||
Actual - INPC | 5.7 |
9.3 |
6.3 |
7.0 |
4.1 |
2.9 |
3.2 |
3.9 |
3.1 |
2.4 |
3.0 |
3.4 |
|
Actual - Subyacente | 3.9 |
5.6 |
6.6 |
6.3 |
6.2 |
4.1 |
3.1 |
3.2 |
2.8 |
2.6 |
2.5 |
2.7 |
Cabe destacar que el Banco de México considera que la publicación de sus pronósticos de inflación implica un compromiso con sus proyecciones por lo que, en caso de registrarse desviaciones importantes en sus pronósticos, debe ajustar su postura anunciada de política monetaria. Así, los pronósticos de inflación se convierten en un “objetivo intermedio” en la tarea de lograr su meta inflacionaria de 3 por ciento anual. Además, dichos pronósticos constituyen una referencia objetiva y explícita de los efectos esperados de la política monetaria, facilitan la evaluación de la política monetaria por parte de analistas económicos, participantes en los mercados y público en general, al tiempo que refuerzan la rendición de cuentas.
La manera en que el Banco de México utiliza los pronósticos de inflación en el proceso de decisión y anuncios de su política monetaria puede resumirse como sigue:
A partir de la postura de política monetaria vigente (la más recientemente anunciada dentro de las fechas previstas en su Calendario de Decisiones de Política Monetaria), el Banco de México elabora un nuevo pronóstico de inflación considerando toda la nueva información disponible.
Si el nuevo pronóstico cumple con la convergencia esperada de la inflación a su meta, entonces la postura de política monetaria usualmente se mantiene sin cambios y así se anuncia, no sin antes ponderar la nueva información, las nuevas condiciones y previsiones económicas, y las implicaciones de ese proceder (finalmente, no cambiar la postura monetaria es también una importante decisión). Aquí conviene recordar que los efectos de las decisiones de política monetaria toman tiempo en surtir todos sus efectos y que, para México, se calcula que ello ocurre entre cuatro y seis trimestres después del cambio en la postura monetaria.
Si el nuevo pronóstico de inflación no cumple con el criterio deseado de convergencia a la meta, se analizan las diferencias correspondientes así como el horizonte específico en el que la inflación podría ubicarse en su meta. En particular, se evalúan diversas acciones posibles y se elige la postura de política monetaria que previsiblemente se necesitaría para alcanzar la meta considerando la naturaleza, magnitud y persistencia prevista para las variables que están afectando a la inflación.
Finalmente, se publica la postura de política monetaria, el nuevo pronóstico de inflación y se explican las razones detrás de los cambios, la nueva fecha en que se estima la inflación se ubicaría en la meta y la manera en que la nueva postura de política monetaria contribuiría a lograrla (se pueden consultar los Anuncios de Política Monetaria aquí). Todos los elementos que los miembros de la Junta de Gobierno evaluaron así como sus argumentos para modificar o no la postura monetaria quedan asentados en la minuta correspondiente, que se publica unas dos semanas después de dar a conocer la decisión (véanse las Minutas de las Decisiones de Política Monetaria).
El Banco de México no es la única autoridad monetaria en el mundo que se conduce de la manera descrita. De hecho, alrededor de treinta bancos centrales, tanto de economías avanzadas como emergentes, utilizan el Esquema de Objetivos de Inflación y la mayoría de ellos considera que sus acciones de política monetaria son tales que convergen a su meta dentro de un horizonte no mayor a tres años. El mencionado horizonte se determina en función de las características de cada economía. Nótese que aun cuando un banco central puede establecer que la inflación tendría que situarse en su meta en el mediano plazo, ello no significa necesariamente que el horizonte en que la autoridad monetaria considera que la inflación converja a su meta sea fijo. El horizonte específico depende de factores tales como la naturaleza, magnitud y persistencia de las perturbaciones que en un momento dado están afectando la evolución de la inflación.
Con base en todo lo anterior, es razonable afirmar que, en México, la política monetaria se conduce de manera colegiada, metódica, confiable, transparente y con alto grado de rendición de cuentas.
Enviado por Héctor Huidobro en enero 10, 2022
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